Alcatraz
Que terrible enfrentamiento
toparnos de frente al espejo de las conciencias
y reconocernos mas apagados,
mas lentos, casi letárgicos
virando a las eras azoicas del ser
donde una simple alianza dérmica
tornaba sublime un día cansino
Que artero juez es el recuerdo
impartiendo vacuas leyes sin trasfondo
huecas, turbias y mal habidas
con un irreductible veredicto de encarcelamiento espiritual
donde la fianza es una cuota por demás incosteable
y la mar es solo tempestad y cortantes rocas
Y que triste compañera es la esperanza
aquella masoquista, vieja conocida
atada de sabanas y encaje a su cama pretérita
arañada de pies a cabeza por la ceguera
y que misero destino, que espeluznante farsa
No hay comentarios:
Publicar un comentario